Olor a revolución, sueños de libertad, paz absoluta, humildad, simplicidad, inocencia, dignidad, orgullo, identidad, historia, guerras, sonrisas, budismo, montañas, playas, verde, ríos, arrozales, bondad, otra forma de vida, otro cantar, otro modelo, otra sociedad, otro planeta.
Es difícil salirse de ese narcisismo colectivo de gente de ciudad, y sabemos que es difícil, si somos los campeones del mundo, pero existe otra historia, otra forma de vida, existe el salir a caminar por las calles a las 3am no solo sin correr riesgo de no ser asaltado o asesinado, sino a su vez, de ni siquiera pensar en ello. Es difícil imaginar desde occidente que existe un paraíso, es cierto, con diferente cultura, comidas totalmente diferente a las nuestras, pero con una bondad y un armado social alucinante que todo país debería de imitar para que los pueblos vivan un poco mejor.
Allá en los valles llenos de magia, entre la bruma y el verde y esos ojos achinados, se encuentra una flor, que ilumina el cielo desde abajo, firme como un roble, contemplando y enalteciendo a un pueblo lleno de dignidad.
Las montañas, ríos y rutas de Vietnam me llevaron a cada rincón de sus hermosas tierras, conociendo lo más profundo de su historia, cultura y de su manera de vivir. Llegué a pensar en quedarme para siempre en este hermoso país aunque el seguir aprendiendo y recorriendo fue más fuerte que este deseo, o quizás más que un deseo un anhelo de vivir mejor, en una sociedad esperada, buscada en los sueños y en pensamientos.
La canción Lily del Valle, sencilla como su pueblo, no es más que un humilde himno hacia el pueblo vietnamita. Un pueblo que luchó desde su existencia contra todas las grandes potencias del mundo y que derrotó al gran imperio norteamericano. Solo existe una razón para explicar lo que pasó, la unión, el honor, el pensar en el otro, en respetar su cultura, su identidad, su historia y dejarlo todo pensando en los demás.
Mucho que aprender, no solo de Vietnam sino tambien de varios países asiáticos, donde su visión del mundo es claramente totalmente diferente a la que estamos acostumbrados.
Un pueblo que te brinda hasta lo que no tiene, muy parecido aunque vietnam sea un país en crecimiento futuro a ser potencia económica, al pueblo cubano, que todo lo da, sin esperar nada a cambio.
Recuerdo, mientras recorría Cuba, a modo argentino cubano, ya que siendo argentino y en honor al Che Guevara, al menos en mi caso, pude recorrer la hermosa isla pagando a modo cubano, osea, totalmente económico, y no como un turista más. Llegue a Morón, un pueblo en el centro de la isla, donde conocí a René, un profesor de historia, en la plaza principal, donde hablando de música se emocionó al escuchar que uno de mis ídolos era Silvio Rodriguez, y automáticamente me invitó a su casa para que conozca a su familia, mostrarme toda su colección de Silvio e invitarme a compartir su única cerveza de la semana.
Historias como estas, hay cientas, tanto en Cuba como en Vietnam, pueblos que viven de otra manera, donde el ser humano y la vida son lo más preciado.
Sin ir más lejos, y por qué no pensé, nuestro norte tiene básicamente, todas estas características. Luego de viajar durante mucho tiempo, un simple análisis, difícil de ver en el ritmo diario, nosotros que somos bichos de ciudad, que el problema, más allá de todo lo que tiene la ciudad y sus ofertas, es la ciudad en sí misma. La vorágine, el no tiempo, el andar corriendo sin disfrutar ni pensar en el otro, persiguiendo un sueño y un camino impuesto, dejando la vida y el tiempo pasar, mientras que en el interior, en los pueblitos, en el norte, en nuestro sur, la vida es otra, hay otra forma de vida, como en cada país del mundo, en el interior se vive mejor, en el interior de cada país, en sus pueblos, se encuentra el alma de la gente.
Lily del Valle es un simple reflejo del amor de un pueblo y el respeto a su forma de vivir, y lo más importante de todo, a no olvidarse de donde vienen, quienes son y hacia dónde van.
En vietnam tuve la oportunidad de conocer en persona, presenciar algunos de sus conciertos y por supuesto, llevó su álbum conmigoa todos lados, a una gran artista, una especie de trovadora vietnamita: Le Cat Trong Ly, quien me motivo a escribir esta canción.
Pueden disfrutar de su música aquí: Nghèo - Lê Cát Trọng Lý
´Puños en alto y revolución´